Orlando Salido iba por la reivindicación de su calidad como campeón.
Orlando Cruz estaba decidido a ser el primer campeón mundial gay declarado abiertamente.
Salido llevaba buen ritmo, siempre al frente, le cerró las salidas y dio golpes de poder. Cruz apostó por su movilidad de piernas y de cintura.
Salido metió los golpes de poder, sin embargo, Cruz llegó decidido a llevarse el campeonato a casa y agrandar la leyenda del poder de los boxeadores originarios de Puerto Rico.
A partir del tercer round, “Siri” Salido se mostró superior. Lanzó golpes volados y muchos ganchos a las zonas blandas. También acertó en sus combinaciones y le cerró las salidas a Cruz.
Para el cuarto episodio, Cruz golpeó más que en rounds anteriores, pero no más de lo que le mandó Salido. Cruz bajó la velocidad de sus piernas y en tres ocasiones recibió combinaciones certeras que lo sacudieron.
En otros dos intercambios se enfrascó en el intercambio y conectó buenos golpes.
Para el sexto round, el peso de los puños de Salido se hizo presente. Le metió presión con ganchos abajo y remates en la cabeza. El movimiento se cintura le funcionó a la perfección. Cruz intentó salir por los costados y soltar algunos golpes en la cabeza de Salido, pero no conectó demasiado.
Para el séptimo, si Salido estaba cansado, Cruz lo estaba más. Salió al séptimo round respirando profundo.
Se enfrascaron en un intercambio en el centro del ring, Salido dio los mejores golpes. Luego lo llevó a la esquina y le propinó un certero derechazo en la cien izquierda. Cruz se agachó, luego se resbaló al suelo.
La pelea llegó hasta ahí.
Salido volvió al plano titular con el cinturón de peso pluma de la OMB
